Seco de pollo desde Portovelo. Un lugar para crear...

Colectivo Lunasol
18 ago 2023
4 Min. de lectura

Actualizado: 3 dic 2023

La primera vez que visite esta región de la provincia de El Oro fue de paso hacia Zaruma, icónica población donde su piscina con vista a un gran valle, me enamoró. Fue en mi segunda visita, gracias al Festival de Teatro del Oro, cuando conocí esta población. Sin duda, al ser las cascadas mis destinos favoritos, y Perviter Sánchez el organizador del festival lo sabía, me regaló la visita a una de las más increíbles que he conocido.

A unos 30 minutos en camioneta desde Portovelo, estaba la cascada del arco iris. Una caída de agua de unos 10 metros de altura, a la que se accedía desde la parte alta. al llegar junto a la caída de agua y mirar hacia abajo, en la poza que se formaba por el agua, claramente se veía como nacía un arco iris. Sin más, bajamos gracias a un joven que nos sirvió de guía, Perviter decía que solo los lugareños la conocían y, no lo dudo, subir y bajar hacia donde nacía el arco iris, era una ciencia. Entonces pensé que ahí debía estar escondido la olla del duende del sector, bueno al menos, eso decían los cuentos de mi abuelo pastuso.

Portovelo, conocido como el primer centro minero del Ecuador, esconde bellezas naturales e historias poco conocidas. Para recorrerla, algunas personas del festival tuvimos a un guía de lujo, el poeta más famoso de la región: Roy Sigüenza. Al caminar por las sinuosas calles, subir tantas gradas y ver tantas imágenes religiosas en las entradas de las casas, le pregunté a mi guía, el motivo de esta particular arquitectura. Él me dijo que las casas se crearon de esa manera porque las personas que llegaban no tenían muchos recursos y que al obtenerlos, edificaban sus viviendas como y donde les era posible. Comprendo que así nacen muchos asentamientos humanos, entre la esperanza y la necesidad, pero esto hizo que Portovelo tenga una arquitectura singular y única, y "caminar por sus calles" que en verdad significa subir muchas gradas y cuestas, es, sin duda, un placer. Sin embargo, llamó mucho mi atención, las imágenes religiosas, eran muchas, literalmente, existían máximo pasando una casa o un callejón, entonces, la razón de su existencia congeló mi corazón: "son para rogar que quienes salgan a las minas, regresen; porque se sabe que se van, pero no, si vuelven". Un baldazo de realidad congeló de un solo golpe la romantización que empezaba a surgir en mi imaginación sobre vivir en la hermosa Portovelo.

Al bajar nuevamente hacia la parte plana de la ciudad, luego de tener una vista espectacular de parte del valle donde esta enclavada Portovelo, llegamos a la cancha principal. Se veía extraña como si el piso brillará, entonces, el poeta dijo: "el piso de esta cancha salió de las minas, ponte de lado, así" e inclinando su cabeza me mostró la posición para ver algo, lo hice y si: ¡la tierra brillaba! y ¿esto? pregunté. "Es que, al ser las minas, tiene oro, y era más fácil ponerla así que tratar de limpiarla, es que es mucho oro" Cuando encendieron las luminarias nocturnas, esa cancha brilló... parecía un foco. Entonces pensé, aquí debe haber dinero, y Roy como si hubiera leído mi mente dijo: "pero no crean que se puede separar el oro de la tierra, ya lo han intentado, pero es imposible, es como si la tierra estuviera fusionada con el oro, así como es nuestra provincia".

Finalmente, llegamos a la casa del poeta, ubicada junto al río amarillo, río que atraviesa a población, Entre algunas cervezas nos contó que se llamaba AMARILLO porque, antes, el agua corría por sobre el oro, es decir, el lecho del río era ORO. Entonces, pensé, no es descabellada esta "historia" porque si las minas de esta región fueron capaces de abastecer de oro a los Incas, a los españoles, a la empresa SADCo de 1896 a 1952, luego la Empresa CIMA hasta 1978, después de su cierre, a toda la minería informal, en los 2000s a una concesionaria China y, desde 2020, a la empresa Camacho Eminam Co, Ltd, es prueba del porque el nombre de la provincia EL ORO.

Y fue todo esto lo que me hizo pensar en una obra de títeres: Creo que es la primera y única vez, que una ciudad per se, me inspira a crear una. Me imaginaba a la muerte danzando sobre las casas cantando el tin marín de don pingue para escoger quien vuelve y quien no, bailando sobre la cancha de futbol que brillaba por la noche y tomando agua con oro del río amarillo, agua que alarga la vida "vaya contradicción". Creo que se bañaría chirisique* en la cascada del arco iris mientras el duende la admira y sigue acumulando oro para algún día conquistarla y, al fin, lograr que le lleve con ella...

Y fue en esta mágica tierra donde encontré este tesoro: El seco de pollo de Doña Orlanda.