Guatita de Doña Rouss Quito (Ecuador)

En 1991 conocí a quien fuera mi primer novio formal y con él a su madre: Doña Rouss. Ella no comprendía como yo “siendo mujercita” no sabía cocinar. Para solucionar este bache en mi educación, decidió enseñarme. Un día, la lección era hacer guatita. Recuerdo claramente, lo laborioso de la limpieza y preparación, pero lo que más recuerdo es su sabor único. Nunca había probado nada similar, pues fui criada con costumbres vegetarianas. Agradezco esa lección culinaria, primero porque me abrió las puertas a la comida tradicional ecuatoriana y segundo porque descubrí que me gustaba cocinar, no porque soy “mujercita” sino porque, como digo en una de mis obras de teatro, soy golosa y me encanta comer rico.